jueves, 19 de septiembre de 2013

La crisis en España 2. Actitudes y aptitudes.

Si en el primer "la crisis en España" hablaba sobre las pérdidas generadas por la burbuja inmobiliaria... en esta parte hablaré sobre la conducta laboral de muchos trabajadores españoles.

¿Cuántos de vosotros habéis tenido una avería, problema, o duda acerca de vuestro teléfono móvil, facturación de internet, señal de recepción de wi-fi, etc., habéis tratado de contactar con el servicio técnico y os habéis quedado peor de lo que estabais al principio?

En efecto, muchas son las veces en las que al otro lado del teléfono se encuentra una persona con poca predisposición al trabajo, que te trata como si fueras retrasado mental, a la que parece molestarle que llames porque le interrumpes la charla con la persona de al lado y trata de deshacerse de ti con consignas rápidas y frases de finitud para hacerte creer que eres un inútil por tratar de llamarles por una cosa tan tonta e insignificante que es por la que te preocupas.

Eso es un problema de actitud.
Probablemente esa persona no esté pensando que fuera haya miles de personas con muchas más ganas que ella por trabajar y desempeñar eficientemente su labor. Seguramente ni se lo plantea. Esa persona es la que tiene el trabajo. Esa persona firmó el contrato por el cual tiene derecho a calentar una silla durante cuarenta horas semanales y por lo que recibirá 900 euros al mes. A esa persona no le importan tus averías, tus problemas, que tu internet no funcione, que fuera haya tanta gente deseando poder ayudar y ser remunerada a cambio. No. Esa persona solo piensa en que llegue el fin de mes para volver a planear en qué gastarse el dinero.

Como esa persona, montones de trabajadores que no valoran ni el puesto que tienen ni el servicio que están dando a la otra persona, te tratan con desprecio, molestos, como si fueras un estorbo entre sus descansos y sus pagas.
Cajeros/as de supermercado que en vez de atender tus necesidades, están charlando con el/la de al lado. "Escaquistas" (expertos en el arte del escaqueo), que prolongan y prolongan sus descansos, 5, 10, 15 minutos... Llamadas en espera eterna (se les vaya a enfriar el café). Y, como no, ese famoso "vuelva usted mañana" de nuestra tan querida burocracia que tanto desquició a Mariano José de Larra.

Y ya lo dijo Charles de Montesquieu en el siglo XVIII, "cuando un hombre tiene cierto mérito en España [...] la de ser dueño de una espada larga o haber aprendido de su padre el arte de hacer rabiar una disonante guitarra, ya no trabaja más".
Y lo dijo un hombre hace 300 años... y en 300 años no hemos cambiado nada. Pablo Alborán es un Dios, y si Farruquito mata a una persona con el coche, yendo el triple por encima de la velocidad permitida, sin carné... o si Ortega Cano le quita la vida a otro en un accidente, en el que iba bebido hasta las trancas, no importa, estamos en España y a los grandes de España no se les toca, se les aplaude cuando matan por negligencia, se les perdona y se les llama ¡Torero! o ¡Artista!
No, por suerte no todos en España gritábamos eso, más bien otras consignas de indignación, por suerte no todos tenemos ese ADN deturpado e hipócrita que discrimina entre criminales corrientes y grandes del país.

Luego existen los caraduras. Pillos cuya picaresca consiste en decir que la avería de tu automóvil, de tu teléfono, de tu ordenador, de tu lavadora... es más complicada y mayor de lo que es en realidad. Te aseguran tener que cambiar piezas que luego no cambian y hacer trabajos que no elaboran, todo para ganar más dinero por no hacer nada, por engañarte. En definitiva, sinvergüenzas.

Y luego nos echamos las manos a la cabeza por ser mileuristas... cuando hay países en los que por trabajar en una peluquería 12 horas al día se cobra la mitad, sin seguridad social. Lo que nos molesta, en realidad, es haber abandonado el estado del bienestar. Pero de nada sirve quejarse, si hay que trabajar cinco años por 300 euros menos por saldar la deuda en la que nos han metido los políticos y bancos, se hace (o eso, o se va uno del país. Que de esas deudas y de la mala labor de nuestros gobernantes ya hablaré más adelante).

¿Y cuantos hay que para poner 3 baldosas se pasan 3 horas para colocarlas? Hay veces que para tapar una simple grieta te encuentras a cinco técnicos, cuatro supervisando y uno trabajando.
¿Y si la escalera de un avión no sube? Séis horas dilucidando una posible solución, con llamadas a técnicos al extranjero y envío de los mismos por avión para al final acabar introduciendo la escalerilla a patadas. (Esto entraría en el apartado de aptitudes).

Luego está la carencia de aptitud. Sorprende ver como hay tanta gente preparada sin trabajo, yéndose a otros países en los que son recibidos con los brazos abiertos y ver como mucha gente de la que ha conservado su empleo no tiene ni la mitad de idea de los que se quedaron sin él o de los que ni siquiera pudieron optar a él.
Contamos, por suerte, con muchísima gente muy bien preparada que tiene su trabajo en España, pero sigue habiendo un sector de la población activa que desmerece el empleo que posee.
Uno no sabe si achacarlo a la estirpe del Despotismo Ilustrado de Carlos III, donde el nepotismo era la orden del día... (vaya, enchufe presto), u otras artes aplicadas a la carencia de aptitud... pero muchos nos sigue asombrando como hay gente tan incapaz ostentando un buen puesto de trabajo, mientras tanta gente capaz está apuntada en las listas del INEM.

Sin ir más lejos, como muestra, la alcaldesa de Madrid haciendo un sumo ridículo en Buenos Aires al demostrarse no tener ni idea de inglés, así como el presidente del COE o el presidente de la comunidad de Madrid... Tres grandes cargos con obligaciones internacionales y ninguno de ellos sabe inglés.
Estando en crisis, y siendo tan difícil en poder conseguir un trabajo, teniendo las empresas, el mismo gobierno, la oportunidad de ser un poco más selectivas ¿no sería mejor echar a quienes no valen para desempeñar su trabajo y contratar a quienes sí, y no al revés?

En fin, ciertamente, el "tocarse las pelotas" de muchos trabajadores no ha generado la crisis, pero en algo sí ha ayudado, en dar una imagen pobre, menos productiva, menos eficiente y más carente en recursividad.

Mientras Europa se reinventa, España sigue anclada.
Sobran puestos fantasma y fantasmas en sus puestos.

"Yo creo que el problema va a ser el relé..."

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