martes, 4 de marzo de 2014

Lenguaje SMS, tan rápido como vino, se fue.

Un lenguaje escrito surgido de la necesidad de transmitir la mayor cantidad de información en un espacio reducido de 160 caracteres aproximadamente, los caracteres que permitían ser enviados por cada mensaje de texto sms de un teléfono móvil, tuvo un gran apogeo entre el 2004 y el 2010.

El lenguaje sms, cuyo nombre proviene directamente de los mensajes de teléfono móvil "Short Message Service" (servicio de mensajes corto), nació fruto de esa necesidad que el ser humano tiene de comunicarse. Insisto aquí en volver a citar a Aristóteles y su " 'o andros estin zoon politikon" (el hombre es un animal "político" [social]).
Pues esa necesidad llevó especialmente a los jóvenes (grupo mayoritario de cambio lingüístico) a ingeniárselas para en un breve espacio de 160 caracteres, poder narrar y narrar cantidad de información pasmosa. La solución fue las abreviaciones y las mutilaciones de palabras o reducciones de estas a una sola letra. Así pues, un "xq" sustituía a un "por qué", una "k" a un "qué", y, claro está, se ahorraban los signos de puntuación. Las comas o puntos consumían un carácter, así que la interpretación del texto quedaba más libre para el receptor.

¿Por qué esta mutilación lexico-gráfica?
Sencillamente, a unos 15 céntimos de euro que valía más o menos el mensaje de 160 caracteres entre esas fechas, lo normal no sólo era la economización del lenguaje, también se tenía que economizar el presupuesto destinado a ellos. ¿La solución? Reducir más el significante cargándolo de más significado. Siglas, abreviaturas, sustituciones, todo valía en un lenguaje de difícil interpretación pero que empezaba a generalizarse e incluso se tendía a normativizar.

Hacia finales de la década del dos mil ya empezaban a existir diccionarios que trataban de recoger el lenguaje sms al uso. Muchos eran los lingüistas que intentaban predecir la aparición y comportamiento de este lenguaje en ese periodo de tiempo, incluso se escribían tesis sobre el análisis textual de ese lenguaje, cargado de "smiles" (emoticonos) que sustituían un estado anímico por 3 caracteres  que leídos en horizontal se intuía una cara (los emoticonos introducidos desde oriente se leían en vertical, adaptados a la escritura oriental [japonesa]). Ejemplos: emoticono occidental :-)  emoticono oriental   ^_^

Sin embargo, este lenguaje no dejó de ser una moda pasajera. No cuajó, no acabó de instalarse en nuestra sociedad más que durante un brevísimo espacio de tiempo.
¿Y por qué no continuó su vigencia?
Sencillo. Con el avance de las tecnologías, los sistemas de comunicación también variaron. Lo que acabó de dinamitar ese lenguaje dejándolo obsoleto fue ni más ni menos que la llegada de Whatsapp.
Un sistema en el que los caracteres no estaban limitados ni por espacio ni por dinero, con tarifa plana para poder escribir tanto como se quisiera, la economización léxica ya no tenía sentido. Quedó obsoleta.
Así, el estudio y fijación en el lenguaje sms no dejó de ser meramente anecdótico, tanto como el paso de este por nuestras vidas. Apenas sí empezamos a entenderlo cuando de golpe fue desplazado. ¡La ortografía volvía a contar con la importancia que se merecía, y no se limitaba a bolsillos que pudieran pagarla! ¡Volvía a estar al alcance de todo el mundo!

A pesar de que celebre que se le vuelva a dar la importancia que tiene a las grafías, además de alegrarme porque un sistema que fomentaba la holgazanería del aprendizaje de un código tan rico como el español finalmente ha sido desplazado y se le da por desaparecido, a veces sí añoro el encontrarme mensajes como "ey mñn k acs?" - "5mntarios" (¡Ey! ¿Mañana qué haces? - Sin comentarios [entiéndase el cinco como "sinco"]). Así de complejo y simple era el lenguaje sms.

¡Sayonara!


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