lunes, 9 de octubre de 2017

Cataluña y España, las banderas de la discordia.

Es difícil explicar y a la vez entender la situación tan desagradable a la que nos han llevado nuestros políticos, tanto el PP desde el gobierno central de España como JuntsxSí desde el govern de la Generalitat de Catalunya.

No hace falta remontarse a las guerras carlinas de hace 300 años, si volvemos la vista atrás, tan solo hace 11 años, veremos dónde empieza el problema que ha acabado derivando en esta locura de banderas de todo tipo, insultos, gritos fascistas y proclamas independentistas.

2004/2005, desde el Parlament, el Govern de la Generalitat de Catalunya aprueba su nuevo Estatut de Autonomía, con el que pretendía equilibrar las retribuciones al Estado con el resto de las Comunidades Autónomas (recordamos que Cataluña aporta el 20% del Producto Interior Bruto de España), trataba de proteger la lengua y cultura catalana y, especialmente, intentaba disponer antes que nada de una sanidad y una educación que diera respuesta a las necesidades de sus ciudadanos.

2006, l'Estatut llega a las Cortes Generales, dónde, ya sin Pasqual Maragall (en mi humilde opinión el mejor President de la Generalitat de Catalunya desde la restauración de la Monarquía Parlamentaria) es recortado tras una campaña de acoso y derribo por parte del Partido Popular (con referéndum de urnas en la calle, qué ironía) en la que se llegó a un acuerdo con el PSC de Montilla (President de la Generalitat de entonces) y bajo el visto bueno de los presidentes eméritos Aznar y González.

Esto provoca el descontento del sector nacionalista catalán, que trata de luchar por conseguir una mejora de su financiación, de sus instituciones y de su nacionalismo, por lo que se hace campaña para intentar recuperar lo que desde las Cortes Generales perdieron.

La campaña, ya sabemos, fue algo desafortunada en las formas. Todos recordamos ese "España nos roba" de Artur Mas. Claro, si en vez de decir "España" hubiera dicho "El Partido Popular", teniendo en cuenta todos los casos de corrupción en los que está envuelto el partido, habría tenido toda la razón. Pero el mensaje (dejando de lado si fuera dirigido con esa intención o estuviera más pensado hacia generar odio por la falta de recursos con los que la Generalitat se veía gracias al retoque del artículo 135 de la Constitución Española, en el que primaban el pago de la deuda externa de España a la subvención de la Sanidad y la Educación públicas), fue siendo repetido como un mantra y fue calando en la sociedad.

Pero tras el descalabro del Gobierno de España al dejar la sanidad y la educación española gravemente tocadas por el nuevo artículo 135 de la Constitución Española, Artur Mas sale reforzado, siendo elegido President de la Generalitat de Catalunya en 2010, con la idea de lograr un mejor pacto fiscal y financiero para la Comunidad Autónoma que gobernaba.

Tras unas duras demandas que acabaron en nada y la acusación desoída de Pasqual Maragall hacia Convergencia i Unió de corrupción (el famoso 3%), el Partido Popular en 2011 alcanzaba la presidencia del Gobierno de España y comenzaba así su política de recortes, con frases también desafortunadas como "les hemos destrozado el sistema sanitario" (Caso Fernández Díaz), refiriéndose al sistema sanitario de Cataluña, entre otras perlas que no tengo espacio ni tiempo suficiente para sacar a relucir... (NOOS, Gescartera, Gurtel, Bankia, Castor, EREs, Púnica, Panamá...).

Todos esos casos de corrupción, sumados a las puyas por l'Estatut recortado, hacen que en Cataluña tanto izquierdas como derechas se unan para lograr así un objetivo común, no ser gobernados por Mariano Rajoy, de la única forma que veían posible, la independencia (les sería más fácil con el sentimiento nacionalista, con el odio por tratar de "engañar a la gente" y no querer en ningún momento escuchar las demandas de Cataluña).

Eso lleva a la aceleración del sentimiento independentista, a usar el independentismo como la solución al gobierno corrupto del Partido Popular. Se celebra una consulta (ilegalizada por parte del Gobierno Español) sobre la independencia de Cataluña. Tras la ilegalización (y posteriór burla por parte de algunos medios de comunicación, que mucho han tenido que ver en este enfrentamiento civil por ambas partes) se persiguió al President de la Generalitat, Artur Mas, al que, finalmente, y después de 7 años de la acusación pública de Pasqual Maragall, el Partido Popular investiga en un acto más por conveniencia que por justicia, haciendo que acabara aislado del Parlament de Catalunya. JuntsxSí entra en acción y a petición de la CUP colocan a Puigdemont como President de la Generalitat, quien, lejos de dejar de lado el sueño independentista de Mas, lo retoma (pues tenemos que recordar que el referendum del 1 de Octubre fue una promesa política).

Se anuncia el referéndum por parte de la Generalitat por la independencia de Cataluña. El Gobierno de España lo ilegaliza. Esto no frena al Govern de Catalunya, quien hace campaña por el Sí (ningún partido en la oposición hace campaña por el No, simplemente se suman al Partido Popular por el "votar es ilegal"). Esto hace que el Govern de Puigdemont se quede solo ante el referéndum, y la población quede dividida. Y aquí empieza la campaña mediática de la prensa por culpar a unos o a otros, haciendo que la mayor parte de nosotros caigamos en la batalla que estaban llevando nuestros gobernantes.

La policía carga brutalmente contra quienes trataban de votar, haciendo que todos nos hiciéramos la misma pregunta: "¿Si era ilegal, por qué no detener a los artífices del acto, y dejar a la gente que votara o no, tranquilamente, sin necesidad de cargar contra ella con la violencia con la que lo hicieron?"

Lejos de entender la fuerte represión por parte del Gobierno de España, Cataluña mostraba una parte de España gris, totalitaria y prohibitiva al extranjero, con la prohibición de votar y la brutal carga policial contra población civil.

Europa decide (hasta hoy, en que finalmente ha pedido una investigación fiscal por el uso de la violencia contra la población) mirar hacia otro lado. Y en España, por parte de Rajoy y Puigdemont, empieza un tira y afloja. Rajoy amenazando con el uso del artículo 155 (artículo que ya ha empezado a aplicar sin anuncio alguno, con el control financiero y policial de la Generalitat), Puigdemont amenazando con la Declaración Unilateral de Independencia (probablemente mañana se declare, cosa que hará empeorar la situación).

En este momento es cuando los medios de comunicación empiezan a hacer campaña. Los de un lado por la unidad de España, haciéndonos olvidarnos de atentados terroristas del ISIS, de los casos de corrupción del Partido Popular, de las víctimas de los huracanes y los terremotos... y por otro lado por las "libertades de derechos"... el llamamiento a Europa, la injusticia y el uso abusivo de la autoridad...

De pronto empiezan a actuar las asociaciones, asambleas y partidos políticos, culpando a unos y a otros, lejos de tratar de buscar una solución, y se convocan manifestaciones masivas bajo distintos gritos, unos separadores, otros separatistas, pero ninguno parece querer realmente una unión fraternal.

Aparece Felipe VI para no decir nada. Aumenta la crispación.

Más manifestaciones, y mientras los medios de comunicación afilando cuchillos para ver quién dice la atrocidad más grande sobre los altercados que puedan ocurrir en dichas manifestaciones y así seguir echando leña a un fuego que solo nosotros, los ciudadanos, el pueblo, puede apaciguar, si dejamos de escuchar esos medios y nos escuchamos a nosotros mismos, ya que parece que somos los únicos que estamos dispuestos a dialogar, abandonados por nuestros gobernantes.

A todo esto, empiezan a aparecer sectores radicales de ultraderecha con cánticos fascistas, y el sentimiento independentista crece y crece cada vez que se ve que el Partido Popular persigue a quienes proclaman consignas independentistas pero deja campar a sus anchas a aquellos que cantan el "cara al sol", levantan la mano extendida y llevan imágenes de Franco y la bandera del águila... ¿Os imagináis estas imágenes en Alemania, con camisetas de Hitler, con los brazos alzados y con la bandera esvástica como estandartes? Yo soy incapaz de imaginarlo, pero parece ser que Spain is different.

La gente, lejos de desconectarse de los medios desinformativos, pasamos más horas siendo bombardeados por todos lados. Facebooks, Twitters, nos pasan vídeos y audios, imágenes escalofriantes de lo que nos está pasando, y nos crispa mas. Y lejos de apagar la televisión, no comprar la prensa y abandonar las redes sociales durante unos días, nos horrorizamos de todo aquello que vemos y oímos y nos produce más odio, más repulsa y más miedo ante la incertidumbre y ante aquellos quienes no nos entienden y ante aquellos a quienes no entendemos.

Ahora, la gente como locos, el que no pone un pasodoble a todo volumen mientras grita "viva España", está con una sardana o con Txarango alzando la voz al grito de "visca Catalunya", y mientras hace apenas 10 años esta situación era impensable, tanto desde un bando como desde el otro se ha procurado precisamente eso, generar bandos. Así, posiblemente, continuarán ambos en el poder, el uno "por la unidad de España" y el otro "por la independencia". Y así, gobernados hasta el fin por incompetentes incapaces de hacer las cosas de forma correcta, mientras nos tienen a la población enfrentados entre nosotros en una guerra que nunca hemos deseado, ellos van tapándonos las boca mientras van llenándose los bolsillos.